Entre 2002 y 2007 el comercio de estos productos registró un alza de 58%, totalizando el año pasado retornos por US$26 millones. Más de la mitad de los envíos corresponden a rosa mosqueta.
Las plantas medicinales se están consolidando como un producto no tradicional de exportación dentro de la oferta agroalimentaria chilena. En los últimos cinco años, las ventas al exterior de estos productos registran un incremento de 58%, sumando en 2007 embarques por un total de US$26 millones.
Así se detalla en el documento "Resultados y lecciones en la producción de plantas medicinales y aromáticas proyectos de innovación en las Regiones V, VII, VIII y X", realizado por la Unidad de Valorización de Resultados de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). En él se presentan los resultados de tres proyectos financiados por la Fundación cuyo objetivo fue evaluar las técnicas de cultivo y explorar la factibilidad económica de cultivar algunas especies de plantas medicinales, con el fin de producir material vegetal homogéneo y de alta calidad, de manera de contribuir a diversificar la agricultura tradicional del país.
La principal especie exportada desde Chile es la Rosa Mosqueta con un volumen de 5.000 ton/año, principalmente como cascarilla deshidratada, y se envía entre los meses de abril a agosto. El segundo lugar lo ocupa el Orégano, con 2.000 a 3.500 ton/año.
Asimismo, en el período 2002-2007 destaca el crecimiento experimentado por las exportaciones de Manzanilla (165%) y Boldo (127%).
En el caso del Boldo, el principal destino es Argentina, seguido por Brasil, Paraguay y España; para la cascarilla de Mosqueta son Alemania, Suecia y Estados Unidos; Orégano, Brasil y Argentina; y de Manzanilla, Perú, seguido por Venezuela, Alemania, México y Guatemala.
Dentro del rubro medicinal y cosmético, los aceites de semillas de Rosa Mosqueta y de Avellana ocupan un lugar importante en la industria cosmética nacional e internacional. Chile es el principal país productor y exportador de aceite de rosa mosqueta del mundo, a través de la empresa Coesam que exporta a Francia, Alemania y Japón, principalmente, y es la principal exportadora de aceite de Rosa Mosqueta a granel a nivel mundial y abastece también a la industria cosmética nacional.
Chile también exporta extractos elaborados de Quillay (cuyo valor sobrepasa el millón de dólares), Hipérico, Vainilla y Perejil. Sin embargo, la industria de extractos vegetales aún esta muy poco desarrollada. Los envíos al exterior de aceites esenciales se limitan al de Menta Piperita y han aumentado paulatinamente a partir del año 1998, sobrepasando los US$600.000.
Actualmente, el mercado internacional de partes de plantas medicinales y aromáticas —señala el documento de FIA— ha experimentado un cambio respecto a los últimos años, producto de la reconversión de agricultores de este rubro a otros cultivos, incluyendo cultivos tradicionales que hoy han visto elevados sus precios.
La producción chilena compite con la de los países de Europa del Este, que en general, tiene menores costos en mano de obra y además, por su cercanía a estos mercados, menores costos de transporte. Sin embargo, la incorporación de los países de esa región a la Unión Europea ha generado opciones de negocios más lucrativos para los productores que el de las hierbas, y que satisfacen en mejor forma sus aspiraciones a una mejor calidad de vida.
El desplazamiento de la actividad ha hecho que los precios de las materias primas tiendan a subir. Un ejemplo de esto es lo que ha pasado con el precio de la Rosa Mosqueta.
Estos cambios recientes en el mercado representan una oportunidad para nuestro país, pero se debe avanzar en la implementación de Buenas Prácticas de Recolección y elaboración de normativas que permitan ingresar a los exigentes mercados de Europa y Estados Unidos, donde el mercado de las hierbas medicinales está muy reglamentado.
Un paso en este sentido se dio el año pasado con la aprobación, por parte del Ministerio de Salud, del decreto (Resolución Nº 522/07) que considera a 50 hierbas como medicamentos herbarios tradicionales. Esta medida —que impactará al mercado local— además de reconocer en forma oficial las propiedades curativas de las plantas, implicará también un mayor control en su venta y distribución.
Según la autoridad de Salud, la venta y distribución de los productos derivados de las hierbas seleccionadas será autorizada siempre que éstas se envasen aisladas, no mezcladas y que en sus rótulos se incluya la denominación utilizada por la costumbre popular, en el marco de sus tradiciones culturales.
Además, los fabricantes estarán en la obligación de consignar las propiedades que en el listado oficial se les reconocen. Este hecho indudablemente traerá consecuencias en la comercialización de estos productos, dadas las mayores exigencias que se les imprimen.
Adicionalmente, en abril de 2008, el Ministerio de Salud complementó la Resolución Nº 522 de 16 de agosto de 2007, agregando a la nómina aprobada, un nuevo listado adicional, como complemento del listado anterior, que considera dos nuevas especies, el Abedul y el Ajenjo.
En el mercado interno existe una demanda permanente de productos en base a plantas medicinales y aromáticas, de buena calidad, que se encuentra asociada a la industria farmacéutica, cosmética, laboratorios homeopáticos, al de la elaboración de bolsitas de infusiones (té) y usos en la medicina complementaria, en la cual laboratorios farmacéuticos tradicionales han incorporado en los últimos años, nuevas líneas de productos naturales.
Otra línea de demanda la constituye la industrialización con el fin de obtener extractos y aceites esenciales, los cuales carecen de un mercado estable y sólo abarcan ciertas especies, las que varían año tras año dependiendo de la demanda.
Existe también un mercado informal, en el que participan recolectores y yerbateros con productos de calidad irregular, quienes comercializan con algún grado de agregación de valor (como el envasado artesanal) en ferias, kioscos, mercados locales, puestos callejeros o almacenes como hierberías.
También existen cultivos establecidos de plantas medicinales y aromáticas, principalmente destinados al mercado culinario y a cultivos desarrollados por empresas que están verticalmente integradas, donde el cultivo de estas especies constituye la materia prima para la elaboración de otros productos. Esta integración obedece a la necesidad de asegurar calidad de las materias primas utilizadas en su proceso productivo.
Sin embargo, el mercado chileno de plantas medicinales se caracteriza por un consumo interno muy bajo, que no alcanza a US$5 per cápita por año, en comparación a consumos sobre US$30 per cápita año en Europa.
Publication: Agroeconómico News
Provider: Ediciones Artisticas (EDIARTE)
Date: August 1, 2008
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